Cómo combinar camisa y corbata

Un hombre puede ir bien vestido, pero el verdadero estilo está en el cuidado de los detalles. Son los toques sutiles los que pueden hacer que un atuendo pase de estar bien a ser formidable: cosas como entender qué colores combinan bien, cómo utilizar las texturas para realzar las capas, o incluso saber cómo elegir la mejor corbata para realzar una camisa y obtener así los mejores resultados.

Puede que parezca una tarea sencilla, después de todo solo se trata de combinar dos prendas, sin embargo, con tantas combinaciones posibles es sorprendentemente fácil equivocarse. Y si la corbata y la camisa no combinan correctamente, el atuendo puede resultar extraño y desviar la atención de un look que, por lo demás, podría ser impecable.

Por suerte, hay una serie de sencillos consejos que facilitan esta tarea. Desde la elección de colores hasta la designación de la tela, estos son los puntos clave a tener en cuenta:

El color

El color es el factor más importante a la hora de combinar una camisa y una corbata. El truco es evitar los tonos demasiado dispares o similares. El objetivo es encontrar tonos que se complementen.

Una opción es elegir en base a los colores. Se trata de elegir colores que no sean demasiado similares. La corbata azul marino con camisa azul celeste es una combinación muy popular y utilizada. Pero si por el contrario elegimos una camisa en azul marino con una corbata en un tono más claro se verá raro porque no hay suficiente contraste.

Otra posibilidad es optar por colores complementarios. Es decir, colores completamente diferentes, pero que combinan bien. Algunos ejemplos serían una camisa azul con una corbata burdeos, una camisa rosa pastel con una corbata en azul claro, una camisa azul claro con una corbata verde oscuro o una camisa blanca con casi cualquier color imaginable.

Los estampados

Los estampados y los motivos sirven para dar vida a cualquier look. Aportan personalidad al conjunto, pero deben manejarse con cuidado, sobre todo si hay más de uno en juego.

Lo más seguro es combinar una camisa de color liso con una corbata estampada como foco central. De este modo, la camisa actúa como un lienzo en blanco; un simple telón de fondo sobre el que una corbata interesante puede destacar. Por ejemplo, una corbata con un estampado azul marino o burdeos (lunares o rayas) combina bien con una camisa azul claro o blanca. Los colores de la corbata y la camisa que elija deben cumplir las reglas mencionadas: tonos de un mismo color que contrasten o una combinación de colores complementarios.

Combinar dos tipos de estampados también es posible, pero es importante evitar que compitan entre sí. Los estampados demasiado parecidos en forma y tamaño no funcionan bien juntos. Los muy fuertes y llamativos tampoco, porque ambos compiten por atraer la atención. Algunos ejemplos de combinaciones que funcionan bien incluyen una camisa de cuadros con una corbata de rayas diagonales, o una corbata de flores con una camisa de rayas.

La tela

Es un elemento que a menudo se pasa por alto cuando se trata de combinar corbatas y camisas, pero es un factor sutil más para realzar el look sobremanera. Las combinaciones clásicas, como una corbata de seda con una camisa de popelín o una corbata de lana con una camisa Oxford siempre quedan bien, pero hay mucho más margen de maniobra en lo que respecta a la textura.

Es fundamental tener en cuenta la ocasión a la hora de elegir la tela de la corbata. La seda es la mejor opción para las ocasiones formales y elegantes, mientras que los tejidos más rugosos, como la lana de punto, son más adecuados para la oficina. Lo mismo ocurre con la camisa. Elija tejidos suaves y brillantes para las ocasiones más elegantes y reserve las telas con texturas para los ambientes menos formales.

El cuello de la camisa y el nudo de la corbata

Una vez elegida la corbata, es importante tener en cuenta el estilo del nudo. Lo ideal es que el nudo y el cuello se adapten y funcionen bien juntos.

Para un cuello clásico, un nudo simple es la mejor opción, ya que tiene un perfil bajo y encaja bien en el hueco entre las puntas. Lo mismo ocurre con el cuello abotonado y el cuello francés, aunque para este último funcionan mejor las corbatas finas.

El cuello italiano ofrece mucho espacio, por lo que es mejor llevar una corbata más gruesa y un nudo de mayor tamaño. Una corbata de seda con nudo Windsor quedará bien con un cuello italiano para una ocasión formal.